23 mayo 2006

EL TENIS ARRASÓ EN LA GALA QUE PREMIA A LOS MEJORES DEL 2005

El mundo del tenis vivió ayer una noche mágica... e inesperada. Tres de los principales Laureus fueron a manos de los artistas de la raqueta

El tenis arrasó en el Centre de Convencions Internacional de Barcelona, escenario de la entrega de los Premios Laureus, los ‘Oscar’ del deporte: Roger Federer, mejor deportista, honor que en categoría femenina recayó en la esquiadora croata Janica Kostelic; Rafael Nadal, deportista revelación, y Martina Hingis (que no pudo acudir), el regreso. El galardón al mejor equipo fue para Renault, tras la victoria de Fernando Alonso en el campeonato mundial. Un título que el italiano Valentino Rossi ganaba por quinto año consecutivo (en la categoría de MotoGP), lo que le valió el reconocimiento al mejor espíritu deportivo.

El italiano Flavio Briatore fue el primero en subir a recoger el premio. El patrón de Renault, que tuvo palabras de recuerdo para el FC Barcelona, con quien compitió por el galardón, asegurando que “ganarán el próximo año, seguro. Pero para mi gente es muy bueno que nos hayan dado este premio, porque demuestra que la gente se ha dado cuenta de que no es sólo el piloto, que se necesita un coche, una estrategia, una complicidad entre corredor y equipo para ganar un título mundial. Creo que Fernando es alguien especial, como Ronaldinho, Federer, Nadal... España está viviendo un momento fantástico y ahí están todos sus campeones”.

La dedicatoria de Roger Federer fue destinada a sus padres, Robert y Lynette, “que han sacrificado mucho por mi carrera. Todos los que competían conmigo son grandísimos campeones y, al ser yo el afortunado, me he sentido muy honrado. Represento y promuevo el tenis por el mundo y eso me enorgullece”.

Como también que tres de los Laureus principales recayeran en jugadores de tenis. “Es una gran señal para nuestro deporte. Rafael se lo merece, incluso podría haber estado nominado como mejor deportista del año, pero debutante es mejor. El todavía está subiendo, tuvo un año fantástico, ganó en su primera participación en Roland Garros... Y este año está probando que lo suyo no era flor de un día”, señaló el suizo.

Y llegó el momento de que esos méritos tuvieran el primer gran
galardón de su carrera y, estando en casa, no podía ser otro que el Rey Juan Carlos, que presidió el acto, quien le entregara el trofeo a Nadal. Esta vez no hubo mordisco pero sí sonrisas... “Este premio es muy importante. Es muy bonito para mí estar ahí con toda esta gente que durante toda mi vida he visto en televisión, es un honor”, dijo el manacorí antes de dedicar especialmente el trofeo “a mi familia y, en concreto, a mi tío, que, desde que era un niño está conmigo. Me encanta jugar al tenis y recibir un premio que va más allá”. Luego, en su comparecencia ante la prensa, dijo que “aún no tengo edad para tener un discurso”... “Ni ningún plan para derrotar otra vez a Federer, sino poner la ilusión de siempre”.

Via | Sport

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