
Ayer, en el court central de Flushing Meadows, el número uno del mundo le puso los pies sobre la tierra a la versión mejorada de Andy Roddick. Se impuso por 6-2, 4-6, 7-5 y 6-1 y ganó por tercera vez consecutiva el US Open. Pero Roger no sólo responde en el cemento neoyorquino. Con esta victoria, sumó su tercera corona de Grand Slam del año —sólo falló en la final de Roland Garros— y la novena de su carrera profesional. Un dato: apenas tiene 25 años y luce imbatible. Le faltan apenas cinco majors para igualar los 14 que ostenta Pete Sampras, el más ganador de todos en este rubro.
En 2006, tuvo un récord de 27-1 en los cuatro torneos top. La única mancha fue aquella derrota en París a manos de Nadal. ¿Podrá en 2007 pisar fuerte sobre el polvo de ladrillo? "No quiero parar aquí. Me sorprende lo bien que salió todo, pero al mismo tiempo sé que me di las mejores oportunidades. Cada vez que llego a un Grand Slam estoy tan bien preparado, juego tan bien, que al final quizá no me sorprenda del todo, porque es el premio al trabajo duro", dijo Roger.
Fuente: La Razón (Argentina)
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