
Lo refleja el reciente ejemplo del ecuatoriano Nicolás Lapentti que, a los 30 años, renunció - a serie seguida- al torneo por la Ensaladera de Plata para tomar parte del Challenger de Polonia. El motivo: cerrar el año entre los 100 mejores tenistas del mundo.
Y lo cumplió tras ganar el certamen y pasar a ser 84 de la ATP. Sin embargo, su ausencia ante Venezuela fue un
factor determinante para que Ecuador descienda al Grupo II de la Zona Americana.
Lo de ‘Nico’, que en esta ocasión dejó de lado la Davis para enfocarse más en su carrera, no es nuevo. Otros tenistas ya lo han hecho.
El español Carlos Moyá, a los 28 años, renunció a su participación en el año 2005 al certamen, luego de ser vital para que la ‘armada española’ se corone campeona del torneo en el 2004. Los motivos por los cuales Moyá decidió dejar de lado, transitoriamente, el certamen fue dedicarse de lleno a los cuatro torneos Grand Slam que se disputan al año.
En el 2001, con 31 años, el estadounidense Andre Agassi, hoy retirado del tenis profesional, también se alejó de la Davis y volvió en el 2005. Durante ese lapso, Agassi se mantuvo por algún tiempo como número uno del mundo.
En Sudamérica, el peruano Luis Horna renunció a participar en el torneo a nivel de equipos cuando los del ‘Rímac’ se enfrentaron a Ecuador en el presente año y optó por defender puntos ATP.
El ecuatoriano Andrés Gómez, ex número cuatro del mundo, aclara que esta es una situación difícil, ya que los tenistas, desde sus inicios, se trazan el objetivo de defender al país en la Copa Davis.
Gómez se alejó momentáneamente de la Copa Davis en 1988, cuando tenía 28 años, para concentrarse en un gran objetivo personal: ganar el torneo de Roland Garros y así lo hizo en 1990.
“Necesitaba preocuparme por otras cosas para lograr mis objetivos y mis metas, por ello me concentré en mi carrera”, señala.
Es del criterio que la Copa Davis demanda un gran esfuerzo. “Así ganes o pierdas te deja fundido por dos semanas y a cierta edad es más difícil recuperarse”.
El ‘Zurdo de Oro’ descartó que el aspecto económico haya influido en su decisión. Además, indicó que la Davis es un torneo que tiene ‘sponsors’ y se llega a acuerdos económicos que pueden ser beneficiosos tanto para el deportista como para la Federación.
Por otra parte, Raúl Viver, ex tenista y actual capitán del equipo ecuatoriano de Copa Davis, dijo que cuando un jugador es joven no hay justificación para renunciar a participar en el certamen. Sin embargo, cuando ya van por los 30 años, la situación cambia.
“El desgaste de Copa Davis es muy fuerte. En mi caso dejé de jugar el torneo a los 30 años y recientemente Nicolás lo hizo”. Viver recordó que la noticia se la comunicó Lapentti en el US Open. “Me dijo que si jugaba la Davis terminaba en el puesto 130 y difícilmente iba a continuar jugando porque sería más difícil acceder directamente a los torneos importantes. Entonces que había tomado esta difícil decisión temporal”.
Otro ex tenista nacional, Eduardo Zuleta, es del criterio que muchas veces hay que tomar esa decisión y que siempre es doloroso dejar de representar al país.
Se remontó a una experiencia personal. “Tuve que decidir entre jugar Copa Davis o participar en un torneo en Bélgica donde me daban 1 200 dólares. Los torneos no otorgaban premios económicos, sino que algunos pagaban a los tenistas para que asistan y así dar mayor renombre a los certamenes. No fue fácil mi decisión”.
Fuente: El Comercio Ecuador
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