“LOS MOSQUETEROS” Y EL BOOM DEL TENIS FRANCÉS
El torneo más prestigioso disputado sobre polvo de ladrillo tuvo su primera edición en 1891, cuando el club parisino Stade Français albergó a un certamen sólo habilitado para jugadores de clubes franceses. Las damas comenzaron a participar a partir de 1897. Pero la trascendencia internacional llegó cuando en 1925, la Federación Francesa de Tenis (FFT) admite en la competición a los jugadores extranjeros.
A mediados de la década de 1920, el tenis en Francia se encontraba en su época de oro, ya que la aparición de un grupo de jugadores insertó al país entre los mejores del mundo. El gran golpe lo realizaron en 1927, cuando superaron a Estados Unidos de visitante en la final de la Copa Davis. Tal difusión alcanzó este conjunto integrado por Jacques Brugnon, Jean Borotra, Henri Cochet y René Lacoste, que fueron denominados “Los Mosqueteros”. Al año siguiente, llegó la hora de defender el logro de local. Entonces, teniendo en cuenta la fiebre tenística despertada en el país, la FFT decidió construir un estadio para albergar la serie y, además, mudar allí al certamen.
El Stade Français aceptó ceder tres hectáreas que poseía en Porte d’ Auteuil, en los suburbios de París, con la condición de que el estadio llevara el nombre de Roland Garros, el primer hombre en cruzar el Mediterráneo con un avión, en 1913, y además destacado socio del club. Ese mismo año el torneo se celebró en “Roland Garros” y, meses después, Francia defendió con éxito la Copa Davis (ostentaría el trofeo hasta 1932).
Las únicas interrupciones tuvieron lugar entre 1940 y 1945, debido a la Segunda Guerra Mundial. 26 años después, Roland Garros se convirtió en el primer Grand Slam organizado en la Era Abierta, iniciada en 1968. El australiano Ken Rosewall fue el ganador.
El actual predio consta de una cancha principal, llamada Philippe Chatrier (ex presidente de la FFT) y con capacidad para 15.166 personas, una segunda llamada Suzanne Lenglen, inaugurada en 1994 y con un límite de 10.068 personas y 18 canchas más. Además, en la entrada yacen cuatro estatuas de bronce que le dan color a la Plaza de los Mosqueteros, estrenada en 1989 por Chatrier.
El polvo del Boise de Boulogne acobijó a geniales tenistas que triunfaron con diferentes técnicas y estilos pero con una gran adaptación a la cancha lenta. El máximo ganador en la historia profesional es el sueco Bjorn Borg, con seis conquistas, escoltado por su compatriota Mats Wilander, el checo Ivan Llendl y el brasileño Gustavo Kuerten, todos con tres logros cada uno. Pero el jugador con mejores números es el argentino Guillermo Vilas, finalista en 1975, 78 y 82 y campeón en 1977, quien tiene 56-17 de récord. En damas, la estadounidense Cris Evert tiene siete títulos, mientras que la alemana Steffi Graf la sigue con seis.
Vía | Tenis Pro Argentina
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