
“Estoy jugando mal, me siento mal en la cancha, me falta todo, no tengo explicación”, reconoce Gaudio. Tampoco saca ánimos para lo que le espera la semana que viene. “Cuando estás así, ves todo negro, no ves la luz”, y admite que no ve solución para salir del pozo. “No disfruto jugando al tenis, hoy por hoy, lo que hago es jugar mal al tenis”, dice.
¿Es una cuestión de ánimo? “No, es de un nivel bajísimo de tenis y de ahí viene lo otro”, dice Gaudio con la mirada perdida, como tratando de encontrar explicaciones para el vacío que siente en la cancha.
El tenista bonaerense admite que el momento que atraviesa, a pocos días del comienzo del torneo francés, es preocupante. “Pero esto es como una enfermedad, uno tampoco elige cuando viene o cuando se va. Aparece y está”, explica. “En Roland Garros viví lo más grande, jugué mi mejor tenis. Y ahora es probable que haga un papelón”, reconoció Gaudio.
Pero entonces, ¿con qué ilusión va? ¿La de sobrevivir el primero, el segundo partido y recobrar confianza? “No –contesta Gaudio–, si paso la primera ronda es un milagro.” ¿Vale la pena entonces ir, presentarse? “Y, ¿qué le voy a hacer?”, responde con aire resignado quien hace dos años tenía el mundo del tenis a sus pies.
Andy Roddick, el quinto mejor tenista del mundo, se lesionó ayer en Düsseldorf en un partido contra el chileno Nicolás Massú por la Copa del Mundo de tenis y no sabe si podrá recuperarse para jugar en Roland Garros. Roddick se lesionó el tobillo izquierdo y tuvo que ser atendido durante un largo tiempo antes de renunciar a continuar el encuentro.
Vía | Pagina/12
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