
A fuerza de aces
El martirio de Ferrero comenzó demasiado pronto, pues Roddick encadenó ya en el primer juego del partido cuatro saques directos. Y ese poderoso servicio siguió acosando al español durante los 70 minutos del partido. El encuentro anterior contra Fernando González había sido una buena piedra de toque para el estadounidense que ante el chileno sólo dejó escapar tres puntos con su primer servicio. Ese "entrenamiento" sirvió de forma especial contra Ferrero. También la experiencia del jugador de Omaha, finalista el pasado año aquí contra el suizo Roger Federer, pesó durante el duelo.
Intento de remontada
Pese a todo, la madurez de Juan Carlos apareció en los últimos instantes del partido, cuando ya Roddick había puesto distancia en el marcador con 5-2. Juan Carlos logró robar el servicio en el juego siguiente y conservar su saque a continuación cuando actuó con mucha serenidad y temple, y dejó a Roddick indefenso en la red, pero no pudo ante el vendaval que supuso la segunda oportunidad del americano para hacerse con el partido.
Un final importante para ambos
Las palabras de uno y otro en la entrega de trofeos fueron demasiado significativas, porque alcanzar la final de este Masters Series ha sido para los dos un trampolín de expectativas ante la inminente cita del Abierto de Estados Unidos, a partir del próximo lunes 28 de agosto. "Espero poder estar en más finales en los próximos meses", dijo el español" que antes mostró su felicidad por haber recuperado "buen tenis de nuevo" y que tuvo palabras de agradecimiento para el público, "que siguió apoyándome a pesar de haber vencido a Blake". La final de hoy le catapultará mañana de nuevo a un puesto entre los 20 primeros del mundo.
Fuente: Segundosfuera.com
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